Entre la gran variedad de características que caracterizan a la arquitectura minimalista aquí están las más destacadas:
Sencillez de las formas y los objetos. Los diseños de muchas viviendas son simples con espacios abiertos, iluminación de luz fría y elementos blancos.
Cubiertas y acabados sencillos. La utilización de materiales de revestimientos son atractivos y muestras efectos de unión entre varias partes ordenando su movimiento.
Espacios limpios, abiertos y con iluminación. Los colores neutros y monocromáticos, espacios despejados y la inmensa cantidad de luz dan sensación de calma y amplitud.
Decoración limpia. Uno de los aspectos importantes es la decoración puesto que un interior minimalista ayuda a reducir la carga de elementos.
Utilización de materiales de manera estratégica. No basta con mantener un espacio limpio, sino que se trata de elegir bien el orden de los diferentes elementos para generar interés visual y creatividad y dar sensación de tranquilidad. Además, la colocación de elementos muestra la personalidad de cada uno.
El protagonismo de las fachadas. Las texturas en las fachadas de las viviendas deben ser discretas y evitar abundancia de adornos.
Geometría elemental rectilínea. Todo está organizado por trazos rectos.
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